Apple y Google han anunciado una alianza inédita para facilitar uno de los grandes retos a los que se enfrenta el mundo después de la cuarentena: cómo controlar la curva de infectados mientras la población hace una vida más o menos normal.
La opción tecnológica más obvia sería crear una app para saber si hemos estado expuestos al virus, a partir de la información recabada por nuestros teléfonos sobre con quién hemos estado.
De esta manera, si alguien resulta positivo por coronavirus es muy útil poder avisar a sus contactos recientes para que se pongan en cuarentena y controlar el foco.
Sin embargo, es más fácil teorizar sobre esa app que ponerla en marcha. El caso de Singapur ha sido citado como un gran éxito, pero su población ha vuelto a la cuarentena porque la aplicación que empleó el país asiático no había llegado a un 20% de descargas entre la población y los contagios seguían creciendo. La solución que ahora ofrecen Apple y Google es potencialmente radical. Con la colaboración de los gobiernos, podrían mandar las apps de los países que desearan utilizar este protocolo a todos los móviles mediante una actualización del sistema operativo. Ambas compañías son las responsables de dicho sistema en el 99% de los smartphones del planeta.
Los usuarios no necesitarían de esta forma ir a la App Store o a Play Store ―las tiendas de aplicaciones de los sistemas iOS y Android— para buscar activamente y descargarse nada. Un app sobre Covid-19 aparecería en su móvil tras una actualización para alertarles de posibles contagios. El usuario debería lógicamente aceptar, pero no haría falta que la gente se enterara de que existe una aplicación y de que deben buscarla y descargarla. Los gobiernos tampoco deberían “obligar” a descargarla: simplemente “aparecería” en el teléfono.
Este sistema permitiría moverse por el mundo porque habría un solo protocolo global. Es importante entender que ni Google ni Apple harían las apps. Su trabajo sería elaborar la plataforma. Cada país tendrá su modelo, tanto si usan este protocolo como si no.
Este sistema, según el anuncio de las compañías, estaría disponible en “los próximos meses”. Antes, en mayo, ofrecerían un sistema temporal que sí funcionaría con una app disponible en sus stores. El sistema “casi universal” deberá esperar.
Por ahora, hay más preguntas que respuestas. Pero estas son algunas de las que se pueden responder o apuntar una respuesta plausible
1. ¿Cómo funcionará?
Con Bluetooth. Ni GPS, ni antenas de móvil. Nuestros móviles hablarán cuando estén cerca durante los minutos en los que pueda existir posibilidad de contagio (no simplemente al cruzarse por la calle) e intercambiarán un código. Todos iremos por la calle con dos listas: “Códigos que he mandado” y “códigos que he recibido”. Cuando alguien se infecte, su lista de “códigos que he mandado” se subirá a un servidor. Nuestros móviles irán preguntando a ese servidor si entre los códigos que “hemos recibido” los hay de infectados. Mientras no haya coincidencia, podremos llevar vida normal. Cuando la haya, se lanzará una alerta y se decretará una cuarentena o lo que decida cada autoridad.
Las ventajas de trabajar a nivel de sistema operativo es que se garantiza la interoperabilidad de protocolos global, que el gasto de batería puede reducirse y que, cuando llegue, la app estará en todos los móviles.