Si a usted le hablan de Wilford Pusey seguramente no sabrá quién es, pero si le hablamos del “ratón” el conductor de la ambulancia del hospital departamental, quizás reconozca de quien se trata esta persona que por casi 34 años se ha dedicado a atender las urgencias que se presentan en la isla de San Andrés.
Para el eterno conducto de ambulancias de los servicios de salud del Departamento, los casos más trágicos que le ha tocado atender han terminado con la muerte de los pacientes por decapitación en accidentes. Uno de esos casos muy sonados fue la muerte de un taxista que cruzaba la pista del aeropuerto cuando un pequeño avión tipo ejecutivo que despegaba a gran velocidad lo arrolló despedazándolo en una noche de 1994; el otro caso de otro hombre en San Luis que también perdió la cabeza. Y de anécdota recuerda que un día alguna fuerza extraña le sacudió violentamente la ambulancia sin que nadie estuviera dentro de esta por lo que salió huyendo.
El pasado sábado 13 de febrero de 2016 cuando lo encontré para realizarle la entrevista estaba organizando la ambulancia junto con su paramédico, para dejarla lista para quien tuviese el turno esa noche. Después de limpiar su vehículo laboral se sentó a mi lado y comenzamos la entrevista.
‘Ratón’ como es conocido este hombre que se ha dedicado a salvar vidas, todos los días se levanta a la 5:00 de la mañana, tenga o no turno ese día, Él comenta que inició en esta actividad gracias a doña Marlene Owkins de Rivera, ella fue quien lo contrató en el año de 1982, un largo periodo de tiempo en el cual nuestro querido amigo “Ratón” ya no recuerda cuantos volantes de ambulancia han pasado por sus manos y mucho menos la cantidad de pacientes que ha tenido que recoger para que los galenos salven su vida por lo que admite que “mi equivocación es que yo debí hacer una estadística de los pacientes, pero no se me pasó por la mente, hasta ahora, ya es tarde porque estoy por retirarme”.
Él hombre que ha respondido a casi todas las llamadas de urgencias de la isla debe tener un caso que lo haya conmovido, por eso le pregunte:
The Archipielago Press: ¿Qué caso lo ha impresionado más conduciendo las ambulancias?
Wiford Pusey: Bueno, hubo un accidente en el aeropuerto (la pista) con un taxista que se llamaba “Pacho”, él iba cruzando la pista del aeropuerto y lo cogió el ala de un avión, y en San Luis donde en un accidente un señor perdió la cabeza.
Este personaje también comenta que le ha tocado recoger a muchos amigos en su ambulancia, pero aún no le ha tocado la mala fortuna de montar en la parte trasera del vehículo a un familiar. En medio de la charla comenta que es muy conocido gracias a su labor, no solo por los isleños de San Andrés sino también por los vecinos hermanos de Providencia. “Una vez llegó un señor de urgencias con su hija enferma desde Providencia, me saludo y me preguntó -¿No te acuerdas de mí?, tú me salvaste la vida- me comentó que yo lo había llevado al Hospital cuando se accidento hace 17 años”, recordaba Ratón con una sonrisa.
HR: ¿La gente acepta más el servicio de ambulancia y no montan a la gente en cualquier carro como lo hacían anteriormente?
WP: Ahora piden ambulancia, casi no traen en carro, porque la comunidad no sabe cómo recoger la persona y por consecuencia de los golpes y de la caída si lo levantan mal puede quedar invalido, por eso mejor esperan a la ambulancia
HR: ¿sucede aquí el fenómeno que ocurre en las ciudades donde las ambulancias se pelean por recoger un paciente?
WP: No, aunque trabajamos en la misma frecuencia, si piden la ambulancia del hospital, va ésta, o si piden la de la clínica Villareal ellos van, eso se respeta, pero si es donde hay múltiples heridos vamos todos incluidos los de Defensa Civil.
Ratón comenta que solo dos cosas en su larga vida como conductor de las ambulancias le han dado miedo: “un domingo en la madrugada me toco recoger un muchacho en la ‘universidad’, él tenía los brazos y pies amarrados, los ojos vendados y con dos tiros en la cabeza; en esa época yo tenía miedo, además no teníamos ni camillero, ni paramédicos, me tocaba solito. También una vez se presentó el caso que yo estaba en la ambulancia y se empezó a mover sola de lado a lado a sacudirse yo salí corriendo, pero aquí no había nadie”
Este hombre que ha entregado su vida para salvar otras resalta que los días que más movimiento lleva en el año son 24, 31 diciembre y 1 enero; también recuerda que le ha tocado prestar servicio a la misma persona tiempo después muchas veces por los mismos inconvenientes. El día de la entrevista ratón había llevado cuatro pacientes al hospital departamental Amor de Patria.