
Por César Pizarro B
Viva Air consolidó su fortaleza como aerolínea domestica con las diferentes rutas hacia y desde San Andres donde moviliza miles de pasajeros diariamente, sobre todo teniendo en cuenta la condición de destino turístico por excelencia de los colombianos.
Pero ahora que pretende una integración con la aerolínea Avianca, la cual se tramita en la Aeronáutica Civil y espera la autorización de la Superintendencia de Sociedades que debe determinar que no se presente un monopolio aéreo, decide abandonar el destino que mayor movilidad de pasajeros e ingresos le ha representado.
Esta decisión unilateral que afecta al destino turístico de San Andrés y a sus residentes que deben movilizarse por razones familiares, académicas, de negocios y primordialmente de salud, exigen que de inmediato se movilice toda la diligencia gubernamental, gremial y política de la región para exigirle a la autodiad Aeronáutica del país mayor seriedad con estas aerolíneas que dejan tirados los diferentes destinos y rutas del país, máxime una región que como San Andrés solo depende de la conectividad aérea.
El recién estrenado gobierno de Gustavo Petro tiene una valiosa oportunidad de reversar este tipo de decisiones condicionando a las aerolíneas si desean la ampliación de rutas internacionales o la integración de códigos compartidos, exigirles un mínimo de cumplimiento con las rutas domésticas, en aras de garantizar la soberanía en los territorios.
*Director The Archipiélago Press