Ha sido tan delirante la actitud antidemocrática, insensata y poco transparente que ha asumido el director de la Caja de Compensación Familiar, Cajasai, Charles Carreño Corpus, el presidente del Consejo Directivo saliente Domingo Gallardo Hudgson y varios otros integrantes del Consejo Directivo, quienes fueron reemplazados mediante procesos de elección tanto en el Ministerio del Trabajo como en la Asamblea de la Caja, que en su propósito de no querer abandonar el cargo, han pretendido atornillarse mediante toda suerte de maniobras dilatorias que hablan claramente de lo malos perdedores que son.
Hasta última hora han apelado a toda suerte de triquiñuelas para seguir atornillados al cargo. Lo primero que hicieron cuando fueron nombrados los consejeros directivos en representación de los trabajadores, por parte del Ministerio del Trabajo, fue demandar los nombramientos de dos de los cinco nominados. Sin embargo el Ministerio del Trabajo, previo el aporte de una documentación adicional de parte de los demandados, ratificó sus nombramientos. Renglón seguido notificó su decisión a Cajasai, pero la Dirección engavetó la resolución que ratificaba los nombramientos.
Como no les resultó tal maniobra, entonces decidieron dilatar el registro de las actas de elección de los otros cinco consejeros en representación de los empleadores, todo con el propósito de evitar que se posesionaran el 1 de agosto, con la esperanza que la nueva Junta Directiva no haga mayorías y remueva de la Dirección al actual titular, Charles Carreño, con la esperanza que continúe la vieja Junta Directiva y lo ratifique por dos años más en el cargo.
Esta maniobra se evidencia, por cuanto, la Dirección de Cajasai tenía 10 días después de la elección para remitir a la Supersubsidio las actas de elección, pero sospechosa y sorpresivamente se tomó 30 días para hacerlo. La elección fue el 26 de junio, pero Cajasai decidió enviar apenas el 26 de julio dichas actas a la Superintendencia, que no obstante la maniobra de Cajasai, logró registrar el pasado 31 la elección de los cinco consejeros de los empleadores; de los cuales tres son aliados de la actual administración y los otros dos hacen mayoría con la nueva Junta Directiva, con lo cual podrían remover al actual director. Los argumentos que dio el director de Cajasai para explicar la demora fueron razones médicas y de viaje.
Pero ante la inminencia de la asunción de la nueva Junta Directiva, entonces ahora el director saliente, a quien se le venció su periodo junto con la saliente Junta Directiva, ayer 1 de agosto de 2013, pidió que los consejeros salientes le autorizaran vacaciones a partir del mes de septiembre. Es decir, tratando de amarrarse al cargo, pide vacaciones desde el mes de septiembre, como quien dice para que se le prolongue su mandato más allá del mes de agosto cuando se le vence, y así poder sacar algunos rezagos presupuestales que pretende sacar de Cajasai, en virtud de sus facultades para contratar sin pedir permiso hasta por 95 millones de pesos. Uno de esos valores pendientes de contratar son 45 millones de pesos para las obras del colegio Cajasai que se encuentran desfinanciadas en este momento.
Como si fuera poco el interés de prolongarse en el cargo así sea un día, Cajasai decidió acogerse al decreto gubernamental que declaró ayer jueves como Día Cívico para la celebración del Día de la Emancipación por parte de las entidades públicas departamentales que no atendieron al público ni laboraron ayer, y las privadas que así lo decidieran, y entonces Cajasai decidió no abrir ayer, para que no se diera la posesión de la nueva Junta Directiva, tal como lo establecen los Estatutos de Cajasai que fijaron el 1 de agosto como fecha para la posesión de su Junta Directiva cada dos años. Así las cosas, se debe correr un día, por que en tales casos, las actividades que debían desarrollarse en una fecha determinada que cae en festivo, se deberán hacer al siguiente día hábil, es decir hoy viernes 2 de agosto.
Todo esto indica el nerviosismo y el desespero de la actual administración de Cajasai que ya cumple cerca de 10 años en esa entidad, donde se ha feriado el presupuesto de la pingüe Caja de Compensación, que está lejos de parecerse a una verdadera entidad de subsidio familiar similar a cualquiera otra en Colombia que si prestan y garantizan recreación, salud, turismo, vivienda, subsidios de empleo, niñez y geriátrico, con infraestructuras propias y envidiables que nunca por ahora veremos en San Andrés con Cajasai.
Pero tales maniobras dilatorias del saliente presidente del Consejo Directivo de Cajasai, Domingo Gallardo Hudgson quien se niega a ser removido y el engavetamiento de los nuevos nombramientos por parte de la Dirección de la Caja no prosperaron porque el superintendente delegado para la Responsabilidad Administrativa y las Medidas Especiales Luis Angél Carmona Fitzgerald rechazó las pretensiones que éstos tenían de impedir la posesión de los nuevos consejeros.
Esta maniobra dilatoria también se topó con el mismo estatuto de Cajasai y el superintendente no le hizo el juego a los actuales directivos de Cajasai que en su desespero por atornillarse a la administración de la Caja apelaron a estas acciones para torpedear la llegada de la nueva Junta Directiva. El funcionario de control advirtió que “de conformidad con el reglamento interno del mismo cuerpo colegiado, se establece que dicho periodo de dos años se contará a partir del primero de agosto del año en que se realice la elección de los miembros del Consejo Directivo en representación de los empleadores.”
El periodo será de dos años y se contará para todos los consejeros a partir del primero de agosto del año en que se realice la elección de representantes de los empleadores, salvo que deba prorrogarse automáticamente el período de quien vienen actuando en razón de no darse la condición señalada en el inciso anterior”.