Los numerosos traslados aeromédicos que se hacen cada semana ahora son dobles para salvar vidas.
Los aviones ambulancia se han convertido en la atención de cuarto y quinto nivel de complejidad en materia de salud para los habitantes de San Andrés y Providencia para poder salvar sus vidas en caso de enfermedades consideradas del tipo “catastróficas” y que requieren de atención facultativa especializada. Entre estas patologías están los casos de traumas severos en accidentes de tránsito, o enfermedades naturales tipo cáncer, cardiológicas, o cerebro vasculares, entre otras. En todos casos, siempre será necesario un avión para traslado aeromédico. Aun cuando este año han bajado las cantidades de remisiones que ordenan los médicos que atienden pacientes en San Andrés a través de las IPS y EPS que operan en las islas, los indicadores hospitalarios señalan que en promedio un traslado aeromédico diario se realiza desde la capital insular hacia ciudades del interior del país con mejor cobertura de atención de alta complejidad, correspondiente a niveles 4 y 5 de atención médica.
Así lo revelan los indicadores que la Empresa Social del Estado, ESE Hospital Departamental Clarence Lynd Newball reportó a junio de 2022, cuando se registraron 183 remisiones; es decir una para cada día de los 6 meses del primer semestre del presente año.
De acuerdo con la gerencia del hospital Departamental, en febrero de 2022 ha sido el mes del presente año con más cantidad de remisiones, con un total de 50, que para un mes de apenas 28 años, equivale a casi dos traslados aeromédicos por día.
En este primer semestre del presente año, del total de las 183 remisiones a clínicas y hospitales de cuarto nivel en adelante o con unidades de cuidado especializado, 132 traslados aeromédicos se realizaron en avión ambulancia contratados por las respectivas EPS, a un costo promedio por vuelo de 25 millones de pesos con cargo al Sistema de salud, las cuales deben hacerse con cargo al Fondo de Salud y Garantías, Fosyga; es decir que solo en estos pacientes el sistema debió pagar más de 3.300 millones de pesos contratando aviones ambulancias para que los pacientes a los que no se les pueden garantizar atención de alto nivel que asegure sus vidas, el sistema debe costearle este importante servicio.
Los otros 51 traslados son en vuelos comerciales, también costeados con acompañantes y personal asistencial por las EPS hacía ciudades principalmente como Barranquilla, Medellín y Bogotá, o cualquiera otra con disponibilidad de camas y unidades de cuidados especializados.
Hay que indicar además que en la actualidad las EPS son más dispuestas a ordenar de inmediato el servicio y luego trasladar los costos al Fosyga, por cuanto el mecanismo de tutela que antes era usado por los pacientes para presionar las autorizaciones a instancias de la justicia estableció por jurisprudencia que cuando se impetraba tutela no se autorice a las EPS derecho al recobro ante el Fosyga.
En 2021 se hicieron un total de 330 traslados aeromédicos, de los cuales la mayoría fueron en avión ambulancia, es decir 176 vuelos aeromédicos en aviones ambulancia que a razón de 25 millones de pesos, equivale a 4.400 millones de pesos; el resto equivalen a 12 vuelos en aviones de la Policía Nacional y 120 pacientes trasladados en vuelos comerciales. El año pasado el mes más critico en materia de traslado de pacientes al interior del país fue el de mayo con 47 remisiones, de ellas 43 fueron con aviones ambulancia.
Las patologías que más demandan remisiones fuera de las islas son los edemas, tumores, trastornos mentales, dolores abdominales, traumatismos craneales, disnea, enfermedad renal crónica, hipertensión especial o intracraneal, ulcera crónica, hemorragias, síndrome de dificultad respiratoria, dependencia de diálisis, fracturas, anemias, tumefacción, tumor maligno, epilepsia, luxación, infección de vías urinarias, infartos del miocardio, insuficiencia hepática, hernias inguinales, cuadros convulsivos, asfixias, traumas cerrados de tórax, ceguera, neuropatía, lesión expansiva, shock hipovolémico, esquizofrenia, accidentes cerebro vasculares, trastornos por uso de sustancias sicoactivas, multimorbilidades, cálculos,, estados posquirúrgicos, diabetes mellitus, insuficiencia cardiaca, dermatitis, meningitis, neumonía bacteriana, cáncer, trastornos bipolares, embarazos de alto riesgo, peritonitis, amputaciones, síndromes neurovascular y hemorragias gastrointestinal.