Por Enrique Pusey Bent.*
La propuesta de experimentar con un campo de aerogeneradores (Generadores eólicos), en el sur de esta isla, en letra menuda, no es más que otro paso para quitarnos más tierras y dejar nuestra futura generación en grave peligro. En casi todos los países donde hacen experimentos con uno de estos campos, luego tienen que hacer otro y otro y otro, sin lograr una meta satisfactoria. ¿ Se hará lo mismo en San Andrés ?. ¿ Si la respuesta es sí, donde se hará el siguiente campo o granja ?. De todas maneras, es una de las alternativas para reducir la dependencia del combustible fosilizado. Por lo menos, esto es lo que los científicos nos dicen. El camino del hombre parece recto, pero el fin de este camino es destrucción (Prov. 16:25). Aquí, si el señor director me lo permite, voy establecer los pros y contras, sobre la instalación de estos campos para producir energía alternativa en nuestro Territorio (en tierra). Lo primero que veo es la falta de honestidad en la integración que nos ofrecen el gobierno y los potenciales inversionistas en este y otros programas. La integración que nos ofrecen, es la que se da entre una boa y un conejo encerrados en la misma jaula. La insistencia en instalar estos molinos eólicos en tierra, tiene como propósito esencial, quitar más espacio vital al pueblo raizal. Por esto estamos en contra. No se puede seguir sacrificando al pueblo raizal para el beneficio de otros ¡Nos están dejando sin tierras en nuestro propio Territorio . El Territorio raizal no es para la supervivencia de los colombianos procedentes de Sur-América, aunque hayan nacido aquí o no. Los colombianos tienen en Sud-América más de 1.300.000 kilómetros cuadrados de tierras y nosotros tenemos menos de 60. Hay una diferencia entre nativo y nacido aquí. Salta a la vista, en términos legales, que el territorio del archipiélago es, en primer lugar, para la supervivencia digna del pueblo raizal. Nadie con una pizca de franqueza en su corazón, puede negar esto. Miremos lo que dice la Corte: “No merece reproche constitucional, la circunstancia de que se extienda a todo el archipiélago el uso de la lengua nativa “. Sigue diciendo la Corte Constitucional. “El territorio propio de la comunidad nativa del archipiélago, lo constituyen las islas, cayos e islotes comprendidos dentro de dicha unidad territorial. El eventual despliegue de la población raizal en ciertas zonas de las islas, no es más que el síntoma de la necesidad de brindar una real protección a los derechos culturales de los raizales “. ( C-053/99). Esta sentencia se dio en el año de 1999, pero no se ha cristalizado tal protección o marco jurídico, para la supervivencia del pueblo raizal, hasta el sol de hoy. La Corte tiene toda la razón, pero se quedó corto en su defensa de nuestra protección, al no mencionar los recursos naturales y el territorio y menciono solamente la necesidad de una protección cultural. Al no existir una protección real e integral, para el pueblo raizal, los colombianos nos han quitado, de una forma u otra, cerca del 55% de nuestro espacio vital, sin mencionar los cayos, islotes, playas, etc., con la ayuda del Estado y del Gobierno. Espacio vital que Dios nos dio para nuestra supervivencia digna. Comparemos esto con lo que la Biblia menciona en Juan 3:27. Antes de la era de la superpoblación, el pueblo o nación raizal, tenía su propia tradición, cultura, aspiración y cosmovisión en el manejo de la tierra y su cultura, pero el gobierno no se contentó con esto y decidió alterar, amenazar y contaminar nuestra vida, nuestra cultura y existencia. La Corte ya nos alertó sobre esto hace 16 años y se está cumpliendo sistemáticamente. En aquel tiempo, antes de 1953, no existía una mafia “oficial “, para despojarnos, pero hoy si existe. Sumado a esto, el raizal podía dormir en paz, con tranquilidad y sin angustia. Nunca pensamos que Colombia se trasladaba a las islas para hacernos la vida miserable, para dominarnos, sojuzgarnos, despojarnos y destruirnos. Afortunadamente, no todos los colombianos tienen esta mentalidad anti-raizal. En nuestras luchas para sobrevivir, hemos encontrado con colombianos altruistas y conscientes. Durante la administración del señor Uribe, se planifico para ser ejecutados, sin la consulta previa, cerca de 20 megaproyectos. En donde el pueblo raizal no se tuvo en cuenta, excepto para facilitar las tierras requeridas, a la buena o a la mala, para el bienestar de otros. ¿Vemos aquí algo de justicia y honestidad? ¿Sera que el Gran Hacedor está a favor de tanta maldad? Estoy seguro de que Dios no lo está. El hombre puede maquinar y ejecutar todas las maldades que quiera, pero tarde o temprano, Dios lo llamara a dar cuenta de sus hechos. (Cf. Génesis 15:16 y 2 Sam. 12:1-7). El fin principal de estos proyectos es para dejarnos sin tierras. El campo eólico y la ampliación de la pista, son apenas la punta del iceberg. Como ministro de Dios no puedo dejar de denuncia estas maquinaciones en contra de mi pueblo. ¡ Ay de mi sino denuncio estas injusticias ¡. No solamente los lideres raizales estamos viendo esto, sino también los mismos colombianos. El editorial del tiempo hace unos años decía que el raizal está siendo tratado como un extraño en su propia tierra. En su momento, el mismo periodista Daniel Samper también lo denuncio.
Un paisano mío decía que si el gobierno quiere quitarnos más espacio vital, para este programa, debe quitar a Sopesa de la mitad y permitir que el mismo pueblo raizal maneje el asunto de la energía tradicional y la energía alternativa. La economía que Colombia ha trazado para nuestro Territorio, es toxico para el pueblo raizal y no vamos a seguir aportando más “energía”, a una política que a todas luces, fue trazada para “acabar con nosotros o para destruirnos “. Esto se llama genocidio según la Convención Internacional para Prevenir y Sancionar este delito, articulo 2c.
Casi todos los países europeos del lado occidental y algunos de Asia, como China y Japón, están probando con las granjas eólicas, pero sus campos experimentales, están mayoritariamente en el mar. El Japón, como nuestro Territorio, no tiene muchas tierras y está altamente superpoblado. De hecho sus experimentos están en el mar. Los chinos tienen bastantes tierras, pero sus experimentos también están en el mar. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que los molinos eólicos instalados en el mar, son un 40% más eficientes que los instalados en tierra. Por razones obvias, los estadinenses prefieren usar los territorios del interior de poca población, donde los vientos continentales son abundantes y continuos. Aquí en las islas los vientos son inestables, débiles y poco frecuentes. Sin embargo aquí tercamente insisten, con sus hechos bien pensados, en instalarlos en la última zona de reserva campesina del pueblo raizal. ¿Por qué? El hecho de que aquí insisten en instalarlos en South-End, me da la razón de que el fin principal de estos mega-proyectos es para seguir despojándonos. Por otro lado, los raizales no podemos olvidar que el siguiente mega-proyecto, para el sur, es el campo de golf. ¿Por qué Colombia quiere despojarnos con tanta ansiedad? No hace falta ser un sabio para dar esta respuesta. Quiere legalizar su ocupación colonial de nuestro Territorio ya que legalmente, no tiene ningún asidero para ocuparlo. En el Reino Unido, ya se ha instalado varios de estos campos y hay otros proyectados (otros y otros y otros), pero el gobierno está subsidiando su funcionamiento. Si el gobierno de Bogotá, está huyendo actualmente del subsidio de la gasolina. ¿
Porque pensamos “sabiamente “, que va subsidiar además el campo eólico que no va a resolver la dependencia del petróleo ?. De antemano estoy viendo a estos molinos abandonados y oxidados, como están nuestros cocoteros hoy. Asi que invito a los promotores, a que vayan buscando a otro Roberto Serrano, para comprar las chatarras de estos molinos, como lo hizo con nuestra fábrica de grasa hace muchas décadas a otras. Alguien decía que fue la primera vez en la historia, en que una fábrica de grasa, se convirtió en fábrica de soldados.
Nuevamente pregunto, ¿Por qué no se construya esta granja eólica dentro del mar y permite que el pueblo raizal lo administre? Esto sería una de las maneras de reparar los daños culturales, raciales y económicos, que nos ha causado el gobierno por omisión y por comisión.
Por otro lado el gobierno no ha devuelto, hasta ahora, las tierras rurales, confiscadas a los barones de la droga, al pueblo raizal como legalmente debe hacerse. Ningún plan de desarrollo que se haga para nuestro Territorio dará resultado, sino se reduce la población transmigrada aquí como política estatal. Las islas no tienen ríos, arroyos, fuentes, lagos, fábricas, recursos, etc., para seguir sosteniendo la superpoblación que se hace cada día más grande como una bola de nieve rodando cuesta abajo. El hospital no alcanza para cubrir la demanda actual, el servicio de salud es pésimo, las calles de San Andrés no son para la alta densidad poblacional y el ajetreo de tantos vehículos. Aunque instalen cientos de generadores eólicos, la energía nunca alcanzara. Gran parte de la energía producida actualmente, se pierde en la transmisión, por la superpoblación incontrolada. Los teléfonos son un desastre, el internet es pésimo, aun después de gastar millones encima de millones para contaminar el mar con un cable, dizque para mejorarlo, el desempleo es alto y la violencia va en aumento. ¿ Respuesta ?. Mas megaproyectos, más policías, más soldados, mas importación de colombianos que vienen a ejercer sus derechos en detrimento de los nuestros, mas injusticias, mas corrupciones, mas basuras para llenar las veredas verdes de Rockside, The Hill, Gaugh, Cove Road, etc. Por Dios señores, así como vamos, vamos a encallar nuestro Territorio y muy pronto. Decía la Corte, si se produjera una crisis, el sector que pagaría más caro, sería el raizal. La Corte continuo diciendo, si se produjera una crisis, el colombiano tiene a donde ir, pero el raizal no tiene a donde ir. Mediante este escrito, estoy expresando mis opiniones sobre este y otros temas que tengan que ver con la seguridad y el futuro de mi pueblo. No odiamos a nadie, solo aspiramos a sobrevivir con lo que Dios nos dio, sin que seamos sacrificados para el bienestar de otros. Estoy haciendo uso de un derecho que es común a todo ciudadano.
*Pastor y dirigente cívico.