(Imagen de ilustración/ archivo) Un militar plenamente identificado con su nombre y cedula de ciudadanía, adscrito a la Base Naval de San Andrés como suboficial, quien arribó a la isla esl pasado domingo, quedó envuelto en la desaparición de una cartera de cintura de un ciudadano raizal con nacionalidad norteamericana que había llegado a esta ciudad también en plan de vacaciones.
Según conoció esta redacción por parte de testigos en el aeropuerto que conocieron de los hechos, el ciudadano nacionalizado norteamericano, de quien no ha trascendido su identidad olvido su cartera tipo canguro en el paso por la maquina de rayos X donde la Policia Nacional hace el control de equipaje, y cuando se percató y regresó por ésta, ya no la encontró.
De inmediato dio aviso a las autoridades aeronáuticad en procura que éstas permitieran ver las camaras de circuito cerrado que tiene el aeropuerto, pero los funcionarios de la Aerocivil se negaron sistemáticamente a ello, no obstante que se trataba de un incidente anormal ocurrido en las instalaciones aeroportuarias, por lo que se debió apelar a otras autoridades de la terminal, particularmente de Migración Colombia que permitió el acceso a las cámaras para visualizar quien se había llevado la cartera del ciudadano colombo norteamericano, en donde guardaba 20 mil dolares que habia traido a la isla y sus pasaportes y demás documentos que era lo que más le preocupaba para poder regresar a Estados Unidos.
Luego de acceder a las cámaras de vigilancia se identificó a esta persona y se procedió a establecer la identidad del militar, y en procura de recuperarle las pertenencias al turista, la propia Policia Nacional se apersonó de la situación y empezó a buscarse a la persona que ya tenían identificada como la responsable de la desaparición de la cartera. Incluso se le buscó en sitios que éste frecuenta de la vida nocturna, hasta que se dio con su paradero, encontrandose que ya había gastado parte del dinero que pórtaba el ciudadano colombo norteamericano.
Este vergonzoso episodio no habla bien del comportamiento de un agente del Estado que debe dar muestras de pulcritud, además que desdice de la inteligencia y habilidades de un militar que decide cometer un acto de esta naturaleza en un aeropuerto lleno de cámaras de vigilancia, autoridades y dispositivos de seguridad, y pretender no ser descubierto.