
En su cuenta de Twitter, el jefe de Estado colombiano, a «regañadientes» le ha tocado condenar la actuación dictatorial de Pedro Castillo al clausurar el Congreso de la República, pero al tiempo hace parecer al depuesto mandatario inca como una víctima de elites politicas del Perú.
«Solicito a la @CIDH aplicar la Convención Americana de Derechos Humanos y expedir medidas cautelares en favor del presidente del Perú Pedro Castillo. Se ha conculcado el derecho a elegir y ser elegido y el tener un tribunal independiente de juzgamiento,» trinó Petro, en su esfuerzo por tratar de salvarle el pellejo a Castillo.
En otro trino el presidente de Colombia asegura que «Pedro Castillo por ser profesor de la Sierra y presidente de elección popular fue arrinconado desde el primer dia. No logró la movilización del pueblo que lo eligio, se dejó llevar a un suicidio político y democrático»
Asegura Petro que «le corresponderá al pueblo del Perú, y a nadie más, resolver la crisis institucional planteada y la ausencia de una verdadera representación. Mi saludo y respeto al gran pueblo peruano, el de la sierra y el del desierto».
A pesar de salir en su defensa, Petro debió reconocer que «indudablemente Pedro Castillo se equivocó al tratar de usar el artículo de la constitución peruana que permite disolver el Congreso que ya había decidido destituirlo sin respetar la voluntad popular. La antidemocracia no se combate con antidemocracia
Ojalá Perú encuentre la senda del dialogo de su sociedad toda».
Pero más tarde Gustavo Petro Urrego salió en defensa de los regimenes socialistas del Continente que han empezado a sufrir duras derrotas como las de las ultimas 24 horas que dejaron fuera de circulación a la vicepresidenta argentina Cristina Fernandez y al presidente de Perú Pedro Castillo: «lo que se intenta revivir desde el golpe parlamentario en Paraguay y Honduras, es el camino de la eliminación del contrincante, irrespetando las decisiones populares en las urnas. Ese es el camino que acabó con Allende y sumió las Américas en la dictadura.No es con juicios sin delito, o con golpes parlamentarios, que el progresismo no debe jamás imitar,como se construirá un camino pacífico, sólido y democrático para América Latina»