Uribe con el huracán Beta, Santos con el fallo de La Haya y Duque con el huracán Iota, reaccionaron de inmediato; Petro en cambio es lento, parece sufrir un estado letargico que toma decisiones demasiado tarde.
Gustavo Petro Urrego ha venido al Archipielago ya como presidente en tres ocasiones, y sus visitas han resultado tan intrascendentes, que no hay hasta ahora un sólo acto oficial suyo que haya dejado gran impacto social en la comunidad insular, cada vez más agobiada por una crisis socioeconómica de la que su Gobierno tiene buena parte de responsabilidad.

La primera vez sólo vino a cuestionar las obras de la reconstrucción que el saliente gobierno le dejó en un 94 por ciento y su Presidencia debía concluir a diciembre 31 de 2022, según el cronógrama de la anterior administración, pero que va para largo ya, que los plazos para entregas del hospital, el aeropuerto y otras instalaciones, cada vez se dilata más: este año se anunciaron primero para abril, luego para mayo y ahora se preve a finales de junio. Adicional a ello, un proyecto de 150 viviendas para personas que no tenían casas en Providencia por que han vivido siempre en arriendo, que dejó aprobado el saliente gobierno de Duque, fue recortado a 50 unidades de vivienda.
La crisis aérea ya completó los 90 días desde el anuncio de las aerolineas de bajo costo de suspension de operaciones, y aún así, su gobierno no ha hecho mucho por resolver.
De nada valieron las alertas tempranas que el gobernador Everth Hawkins lanzó desde diciembre pasado de lo que le esperaba a las islas, ni las cartas a la ministra de Minas y Energía, ni el llamado de atención que el mandatario de las islas le formuló en Anato, una Cumbre de Gobernadores y una visita del 1 de marzo a San Andrés, su Gobierno no hizo nada, sino hasta el viernes Santo cuando ya la temporada se había arruinado y el ruido mediático dejaba mal parado a su gobierno. Llegaron con un borrador de Decreto que no terminan de ajustar y redactar y que ahora está en consulta ciudadana en la web de la Cancillería. Mientras tanto el comercio y el turismo de San Andrés agonizan.
Petro ni atiende a las gentes, a las comunidades -como ocurrió con los gremios y empresarios del turismo que a instancias de Mininterior habían programado una reunión- ni se sintoniza con las necesidades y problemáticas del territorio. Lo de Petro sólo es su agenda monotemática. Ahí si acaso sólo caben el cambio climático y la paz total.
Pero solo en el discurso. Teniendo Providencia un grave problema que probablemente haya sido producto del cambio climático, debido a las altas temperaturas y la sequía de los bosques que hace pasto fácil de las llamas, el incendio del parque natural reserva The Peak, en lo alto de la montaña, no le mereció el interés al presidente, que bien un gesto suyo -de visitar esa isla, a solo 15 minutos de vuelo-, hubiera mostrado un genuino interés de apersonarse con el sólo hecho de hacer un sobrevuelo -con fotografia a bordo-, que al menos habría dejado la sensación de que el jefe de Estado se preocupa de los problemas de la comunidad.
Además de ello, su gobierno en estado letargico, no reaccionó de inmediato, sino al quinto día del incendio cuando ya el Peak había perdido el 40 por ciento de sus bosques, fauna y flora, por que en el entre tanto, la única solución viable, le parecía muy costosa a la UNGRD.
Afortunadamente, de nuevo los militares salvan la papeleta en Providencia, como durante Iota, y con un helicoptero y demás herramientas, la aeronave de la Fuerza Aérea Colombiana ayudo a apagar desde los cielos, el fuego en el pico de la montaña.
Y a propósito de fotografía, la que si le importaba era en la que aparecía entregando tablets a estudiantes; típicos actos de populismo para arrancar aplausos, pero donde se manipula a estudiantes y padres que se sienten engañados que les entreguen computadores para una foto, pero al rato se los retiran con la justificación de que se deben entregar con actas y solo para trabajar en las aulas de clase, como denunciaron varios padres.
De modo que Petro y su gobierno no están en sintonía con los problemas de los territorios, son lentos, en estado letargico a la hora de tomar decisiones y acciones. Pero además el jefe de Estado es distante, no se reune con la gente sino por breves lapsos como ocurrió el sabado que solo se le vió por 20 minutos en el colegio Bolivariano, y nunca se reunió nisiquiera con el Gobierno Departamental y menos con el Municipal. Petro gobierna solo.
Dios permita que durante el mandato de Petro no ocurra ningún evento que amerite una rápida reacción y la toma de acciones y decisiones con inmediatez, como un evento de la naturaleza, que un huracán no afecte el Caribe colombiano, que el volcán Nevado del Ruiz en una intensa actividad sismica y de emisión de cenizas, no haga erupción, ni que se presente un acto terrorista de gran impacto. No sabe reaccionar con la inmediatez con la que Uribe en 2005 en el huracán Beta en Providencia, Santos con el fallo de La Haya en 2012 en San Andrés, y Duque durante el Iota en 2020 también en Providencia, actuaron.