
Mientras Nicaragua tiene consolidado un equipo ganador por más de 20 años, además haciendo lobby jurídico en La Haya, Holanda, Colombia se da el lujo de cambiar su equipo de defensa faltando sólo quince días para las audiencias iniciales frente a la demanda por plataforma extendida que reclama Nicaragua.
The Archipielago Press consultó a tres ciudadanos raizales conocedores del tema pesquero y diplomático, donde han ejercido cargos públicos y éstos expresaron su preocupación por la forma «alegre» como Colombia sigue manejando los asuntos contenciosos limítrofes con Nicaragua ante el Tribunal de Justicia de Naciones Unidas, CIJ con sede en La Haya, Holanda donde ya Nicaragua le ha ganado los pleitos jurídicos a nuestro país.
Al consultarsele a Edburn Newball, ex secretario de Pesca del Departamento Archipiélago, quien fue funcionario de la desaparecida Flota Mercante Gran Colombiana, no duda en calificar de irresponsable la demora del gobierno para definir y posesionar al nuevo equipo de defensa, tan sólo faltando quince días para enfrentar la primera audiencia ante la CIJ.
«Irresponsable. Pero eso no importa ya. Desde la primera demanda procedieron mal al escoger como agente un militar retirado como si fuera una guerra. El uso de la Cédula Real de 1803 fue un desatino total. Para mí, Colombia jugó a perder, como perderá este caso también. Como dijo Shakespeare, a buen fin no hay mal principio.»
El otro consultado es un ciudadano raízal internacionalista que ejerció en la diplomacia colombiana, pero que habló bajo la condición de mantener su identidad en reserva y advierte que la demora de Colombia en nombrar agentes para ese Contencioso, demuestra una absoluta improvisación.
Este gobierno no tenía preparado nada sobre este tema, ya que desde el mismo momento en que ganó la presidencia, Petro debió tener definido a quien iba a encargar de este asunto de gran importancia para el país, pero sólo faltando quince días para las audiencias es que define a quienes encomendar el asunto», explicó.
Y sobre el equipo designado afirma que sólo el doctor Valencia, conoce a profundidad del tema, pero se va a encontrar con un ambiente hostil en la Misión Diplomática en La Haya, por desavenencias del pasado, y de la designación de la bióloga marina isleña Elizabeth Taylor Jay, advierte que por no ser abogada, no será muy determinante su rol en las audiencias, ya que la mecánica de la CIJ es que la personería para intervenir sólo se le reconoce a abogados y no otros profesionales.
«Valencia conoce el tema. La otra señora no se quien es, solo que es amiga del hijo del canciller. Y Elizabeth (Taylor Jay) es la cuota Isleña. No puede hacer mucho porque la geologia marina ya esta definida y eso define la plataforma continental.»
A su turno el analista Harold Bush Howard, quien estuvo en la Misión Diplomática ante La Haya como asistente de la Cancillería de Colombia, aseguró que «el agente es experto en el tema. Además los abogados y los estrategas más los de Cancillería que manejan el tema siguen siendo los mismos, de manera que solo cambian los que hacen las presentaciones. Así que esto no impacta para nada.»
Lo cierto es que la improvisación y el revanchismo político parecen ser los principales criterios que caracterizan al Gobierno Nacional de Colombia, en manejar estos asuntos de tan delicada importancia para el país, ya que el Gobierno Petro parece que decidió «hacer borrón y cuenta nueva», retirando todo el equipo que venía de gobiernos anteriores y conocía al detalle toda la demanda de Nicaragua por la soberania ratificada a Colombia, los límites marítimos ya ganados por el país centroamericano y la plataforma continental extendida, excluyendo no sólo a los agentes y abogados internacionalistas que han manejado el asunto sino también al Raizal Team (abogados isleños) que fue fundamental en la anterior demanda de presunto descato del fallo de 2012 que denegó sanciones que Managua reclamaba contra Bogotá y dio claridad sobre derechos de pesca y tránsito a Colombia.
Este es uno de los asuntos más delicados que enfrenta hoy Colombia en el plano internacional,
ya que una nueva derrota dejaría no sólo a San Andrés enclavado en mar absolutamente nicaragüense, sino que Colombia perdería buena parte de su Mar Caribe frente a la Costa Atlantica.
Imágenes: Asuntos Legales, Dreamstime y Ruletkka