Por: Daniel Newball H.
Una reciente tertulia de amigos me llevó a reflexionar sobre el papel que venimos cumpliendo como profesionales en la toma de decisiones en la región insular, las cuales, todo parece indicar, que están siendo tomadas por los “genios de la administración pública” en Bogotá.
Pareciera que la fantasía literaria futurista plasmada en la trilogía de novelas de “Los Juegos del Hambre”, de la escritora estadounidense Suzanne Collins, donde revela a Norteamérica desplomada por una guerra nuclear, dividida en distritos y manejada por un ente central llamado “Capitolio”, donde los distritos trabajan y la alimentan a cambio de la “paz y seguridad” ofrecida por el represor centralista; fuera la realidad que actualmente vivimos en nuestro país a causa de la pobreza y dependencia económica vivimos en las regiones en el Gobierno Central.
Y tal y como sucede en la novela, donde los habitantes del “Capitolio” ponen a los habitantes de los distritos, cual circo romano, a disputarse entre sus jóvenes más habilidosos, escogidos en una “cosecha”, para que se disputen a muerte para diversión de los ciudadanos del ente central; Bogotá pone a los hijos de nuestra tierra en la misma disputa de forma indolente y sin medir consecuencias.
Vuelvo a recalcar sobre las grandes inversiones que nuestros padres y mecenas hacen para que podamos los jóvenes isleños poder estudiar en las mejores universidades para adquirir conocimientos de modo que podamos aportar nuestro talento para grandeza de nuestra región.
Llegamos a nuestra casa y nos encontramos con una pléyade de mediocres y sátrapas advenedizos que, verbo y gracia de sus capitales económicos adquiridos de forma fraudulenta y absurda, han logrado llegado a creerse de una clase privilegiada que apenas durará cuando consigan otra “vaca lechera” que ordeñar.
Masa inerte intelectual con gran capacidad de elocuencia pero con la torpeza de que todos sus discursos siempre caen en el mismo lugar de estupidez cantinflesca la cual heredaron de sus patéticos congéneres procedentes del litoral Caribe colombiano.
Entonces cabe la pregunta, ¿Cómo poder mostrar algo de talento intelectual cuando los espacios están siendo liderados por arlequines al servicio del centralismo quienes, a su vez, ponen a su servicio una tropa de payasos lambiscones para que les hayan el trabajo sucio de coronar los grandes capitales y comisiones de éxito para financiar sus apetitos de poder y opulencia ante los demás miembros de la comunidad?
Pues la respuesta es sencilla, es hora de ir conformando una organización de intelectuales, de la misma talla de las que han existido entre personas de opulencia y poder en la isla, para ir concentrando intereses nobles y sinceros en pro del desarrollo de nuestro pueblo.
Hace poco hablaba con un ciudadano en mi reciente visita a Medellín y me comentaba que la grandeza del pueblo antioqueño arrancaba de una conciencia colectiva en la importancia del trabajo y la escogencia eficiente de sus líderes para la administración de sus destinos.
Aunque se presentan discusiones y debates, como el que recientemente pudimos ver a través de la televisión entre dos concejales de la ciudad de Medellín que por poco se van a los golpes, la escogencia de los mandatarios se hace de manera visionaria y el proceso arranca desde los ostentadores del poder económico.
Los denominados gremios de la economía local son las que finalmente, luego de un proceso de audiencias con los aspirantes a los cargos de elección popular, se escoge a quien se apoyará de forma económica y logística y finalmente se traza un gobierno progresista para la región.
El ejercicio es posible realizarlo en la isla de San Andrés, de hecho, tan sólo es cuestión de poder encontrar una concertación para lograr que se pueda apoyar a un gobernante, mas no a un gerente manipulado como títere desde el centralismo bogotano, para que conduzca nuestros destinos.
Pero, y aquí es donde asalta la duda, cabe hacernos la pregunta: ¿Cómo lograr ese consenso en el manejo del poder si los grandes capitales de la isla son manejados desde otros lugares del país, muchos de los negocios que aquí se manejan están relacionados con capitales relacionados con el narcotráfico y los que pretenden manejar nuestros destinos lo hacen previo compromiso con la maquinaria centralista del poder en Bogotá?
Es complicado lograr un cambio de forma inmediata pero es necesario trabajar desde ya en un proceso de depuración ideológica y renovación sociocultural de modo que en el camino surja una sociedad más progresista y visionaria con acciones que finalmente justifiquen las inversiones hechas en nuestra educación en lugar de asignar las tareas más importantes de nuestra sociedad, como el gobernar y dirigir nuestras decisiones, en manos de personas locuaces, fanfarrones, mediocres y advenedizas.