Estudiantes isleños, burlados con vuelos de apoyo. Familias de San Andrés y a Providencia se quedaron esperando a los hijos que se preparan en otras ciudades. El vuelo de apoyo que permitía a estos estudiantes pasar la navidad con sus seres queridos, no se hizo realidad y la disculpa fue que no había gasolina.
Por Antonio Colmenares M.
Para 40 estudiantes universitarios isleños que adelantan sus carreras en Barranquilla y Bogotá, no fue posible regresar a San Andrés porque no hubo gasolina para el avión que debía transportarlos. La mayor parte de este grupo de jóvenes que se preparan fuera del archipiélago debió postergar su retorno, buscar sitios de albergue y adoptar un Plan B para tener un pasaje de avión para volver a su región. Algunos debieron buscar posada en casas de amigos, otros en hoteles y algunos regresar a pedir el favor en el sitio en donde residen durante todo el semestre.
Denuncia
Alba Menacé, madre de Carlos Andrés Herrera Menacé, estudiante de Comunicación Social y periodismo en la Universidad del Norte, en Barranquilla, lloró, lloró mucho, no solo porque no pudo abrazar a su hijo de vuelta al hogar después de la ausencia por su semestre universitario, sino por ver que son mentiras y sofismas lo que promete el Gobierno Nacional para esta región tan golpeada por el olvido del estado que hasta dejaron perder el mar.
“Desde octubre hemos gestionado la traída de nuestros muchachos para el Archipiélago con las debidas solicitudes a través de cartas. En octubre 14 oficiaron a la secretaria de educación así como a la gobernadora, Aury Guerrero Bowie, con el listado de los estudiantes isleños con el fin de que viajaran el 23 de noviembre. Todo iba bien, cuando vino el ministro de Defensa Carlos Pinzón estas madres no tuvieron acceso pero la veedora Emérita Becerra le preguntó al funcionario nacional sobre el vuelo de apoyo y le respondió que la gobernadora se encargaría del listado y efectivamente fueron llamadas las madres y empezaron las gestiones. Todo continuaba bien.
La gobernadora envió una carta el 14 de noviembre al coronel William Montenegro González, Comandante del Grupo Aéreo del Caribe, en la que le dice textualmente: “La Administración Departamental conocedora del espíritu de colaboración que caracteriza la institución a su digno cargo para con nuestra comunidad, y de manera especial con los jóvenes que se encuentran fuera del territorio insular formándose como profesionales; se permite solicitar a usted de manera respetuosa estudiar la posibilidad de trasladar al grupo de estudiantes que se relacionan a continuación desde las ciudades de Barranquilla y Bogotá, en uno de los vuelos de apoyo que realiza su Entidad desde dichas ciudades y con ello permitir que puedan compartir con sus familias las fiestas navideñas”, pero a la hora señalada para el viaje, el pasado sábado, no hubo gasolina y los estudiantes isleños debieron buscar en donde quedarse porque habían suspendido sus albergues.
Dos días antes de viaje las madres fueron a la gobernación y hasta ahí todo era alegría y fueron citadas para el siguiente día, viernes, pero cuando llegaron no encontraron a nadie, ni la secretaria privada de la Gobernadora que mantenía siempre el contacto. Hacia las diez de la mañana llegó la señora Ana Gordon quien les dijo que la gobernadora está en Bogotá.
En resumen les dijeron que en Bogotá no habían autorizado el vuelo porque no había gasolina para el avión.
La señora Alba lloró porque todo estaba listo, las camisetas blancas, los jeans, con los que tenían que viajar, pero todo se frustró, no hubo viaje. “Para traer papas, perseguir bandidos o cualquiera otra circunstancia si hay gasolina pero para los estudiantes no”, dijo.
En la gobernación les dijeron que no había nada que hacer y que las familias debían tener un plan B porque al fin y al cabo era un favor y no una obligación. Recordó que habían postulado para las becas porque son jóvenes de estratos uno y dos y que se merecen el cumplimiento de las promesas que hace el gobierno que además los utiliza para mostrarlos en los eventos especiales, pero que, como en ese caso, los abandonan a la hora de la verdad.